Y otra vez ha sucedido, se pierde tu olor entre calles vacías de gente. Cierro los ojos y me dejo llevar, aún es pronto para salir corriendo.
Esperarte sentado es demasiado castigo para un inocente. Tal vez la nota que dejaste al salir siga siendo la única huella de tu huída en mi piel, la última cadena que me separa de la libertad. Nunca es suficiente pero no quiero treguas. Tu piel, tu mirada siempre será la mía. Sabes que el destino no entiende de casualidades, no es coincidencia que siempre llueva donde pisas.
Hoy tu futuro viste de oscuro, y mi presente se desnuda creyendo que todavía volverás. O tú o yo. O tú o nadie.
¿Qué ha sido de ti?
de aquella canción de las horas muertas en tu habitación
¿Quién dijo que no perdería el control
cuando iba camino de la destrucción?
Hoy vuelve a soplar ese viento del mar
que nubla la mente y la vista.
Prefiero saltar de una vez sin mirar
y quiero que tu me sigas, y quiero que tu me sigas.
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