Tormenta de verano
holocausto nuclear en el balcón
cruce de caminos.
Como perder la pista que resuelve el acertijo
como la mañana de mañana
como un tú en primera persona
del pretérito imperfecto
del singular.
Hay mentiras necesarias
hay cuentos que nos ayudan a subsistir
tú no preguntaste, yo no quise oir
y así pasó la vida.
Hay historias que por inacabadas
deberían de ser leídas primero
no muera la magia antes de ver la luz.
El sabor al principio del fin
el amargo que si llega
hibernará en nuestro salón.
Así fuimos
un quiero y no puedo
un vuelo en vertical donde solo voló uno
quizá es que nadamos en corrientes equivocadas
quizá es que no era nuestro verbo
el que quisimos conjugar.
Y te caí.
Y me hundimos.
Podría pasarme la vida lamiéndome las heridas y aún no cicatrizarían. Mejor me levanto y salgo de este estéril letargo. Y vuelvo a empezar a empezar a creer que hay alguna opción de ganar.
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