martes, 24 de agosto de 2010

Velocidad inestable.

Ahora los días pasan fugaces. Me paro frente a la venta mientras el mundo se acelera en una constante espiral de amaneceres y prisas tejidos en horas que no atienen a razones. No sé qué me queda ni qué dejo atrás en cada paso hacia el horizonte. Realmente suena el despertador y se clava como esa cruz roja que va acortando el calendario. Calendario que no lleva hacia ninguna parte.
El único respiro al que me agarro es bañarme en tus ojos, mientras todavía nos quede tiempo.

1 comentario:

  1. Mis días se hacen realmente pesados, pesados entre las hojas de mis apuntes entremezclados...

    Y derepente me agobio, miro el calendario, me faltan dias; pero es algo contradictorio porque sin embargo paso el rato perdiendo(me en) el tiempo...

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