A veces el vacío. A veces un punto muerto que, soltero de vida, acaba enamorado de la contradicción y el hastío. A veces un vuelo que nunca termina de despegar, una primavera devastada por tus incendios, una marcha atrás que sucumbe al presente. Una fiera dormida que se enamora de su cautiverio, una huella desdibujada del verano y tu playa que se vuelve a vaciar. A veces el silencio.
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