He sido un verso asonante de Sabina en el Madrid más canalla, una madrugada sin chaqueta al abrigo de un otoño que no termina de querer terminar. He visto morir gotas de vida en el fondo de una botella, el llanto de una madre envuelta en unos brazos a los que ha dado vida y ya no reconoce. He volado por delante de mi vida haciendo del derecho a soñar un deber y queriendo llegar antes incluso de haber salido. Y he perdido. He caído hasta decir basta en mañanas de Ibuprofeno donde no me he reconocido ni siquiera en los versos del González del mejor de los Salitres. He perdido la vida en un atardecer de domingo a medio gas entre tu boca y el infierno. El infierno de las noches sin sueño. Sin un sueño por el que querer dormir. Pero al final todo termina, siempre pasa. Hasta en el vacío existencial más abrupto del despertador de un lunes he encontrado argumentos para seguir deslizando la sábana.
Por lo que nos queda, por lo que viene y, sobre todo, porque no valga la pena mirar hacia atrás, si total ya no vamos a volver. Chin-chin.
La realidad desarma
harta de estar harta.
Tuve la oportunidad de ver a Antílopez en Gran Canaria y me encantó, bonito texto al que acompaña el vídeo
ResponderEliminar:D