Miedo, del latín metus, perturbación angustiosa del ánimo por un riesgo o daño real o imaginario.
Tan antiguo como el ser humano, tan humano como la propia vida. Llave y solución a los problemas más ancestrales y culpable de los grandes errores de la historia. El arma más mortífera que existe, el clavo que sostiene el día a día de una sociedad que camina hacia su propia desaparición. Cada paso, cada giro, cada movimiento va impregnado de su esencia. Todo es mucho más sencillo si el miedo juega de tu lado.
Miedo a lo desconocido. Miedo de sufrir. Miedo de no estar a la altura, miedo al error. Miedo de llorar. Miedo al olvido, o lo que es peor, miedo a no olvidar nunca. Miedo a salir, miedo a entrar. Miedo de partir. Miedo a mirar atrás. Miedo a uno mismo, miedo a la sinceridad del espejo. Miedo a ver el sol cuando escuece, y miedo a no volver a verlo.
Musa y verdugo. Consejero de noche junto a la almohada, el peor de los enemigos. Nos gusta jugar, creer que dominamos esa sensación, sentir como se crea y se desvanece tan sutilmente que solo las pulsaciones son capaces de entenderlo. Lo buscamos inconscientemente porque nos frenetiza la vida y huímos de él cuando lo sentimos cerca. Hoy tengo miedo, miedo a no ser yo, miedo a que mañana no sea mañana, mi mañana.
Miedo
de quererte sin quererlo
de encontrarte de repente
de no verte nunca más.
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ResponderEliminarEl miedo solo tiene miedo de su prisión; de la llama imposible de vencer: del logos que destruye su aparente infinito, con el valor que vence al mal con bien. El miedo solo tiene miedo de si mismo, por que el amor es libre y mas fuerte que él.
ResponderEliminarA veces tener miedo es de prudentes, otra de cobardes... El mio es del segundo tipo.
ResponderEliminarSiempre lo repito, pero no me cansaré de decir lo buena música que pones siempre en cada entrada :)
Todos tenemos miedo. Tú no serás la excepción, ni yo tampoco. Lo único que no debemos hacer es tener miedo a vencerlo.
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