Como un príncipe sin reino en un castillo sin bandera. Como esperar en la estación de madrugada un tren que salió hace horas con destino a no volver. Como un café a medias con la soledad en la penumbra de una cafetería vacía. Como ese olor a colonia que te llena de recuerdos y cuando te giras ya se ha marchado, fugaz como la persona que lo llevaba. Como el agónico sonido del despertador de un lunes, un lunes lluvioso. Atrapado en el tic-tac de un reloj que sonríe burlón sabiéndote lejos. Así estoy yo sin ti.
Así estoy yo, así estoy yo sin ti...
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