Desaparecer, sólo eso. No ha salido el sol en toda la semana y tiene pinta de que el invierno no ha hecho más que empezar para mí. No hay claros en este cielo, de repente todo se viene abajo y me faltan manos para controlar la caída al abismo. Todo en lo que creía desde hace meses, todos mis esfuerzos, esperanzas o perspectivas se difuminan con el fulgor de las horas. Parece que no haya puerta o ventana que de un haz de claridad y cada paso es una zancadilla. El trabajo, el equipo, todo se desmorona. Ahora ya no funciona nada, todo pende de un fino hilo que no me sujeta, me corta, me hiere. Me quema el tic-tac del reloj y llevo días en los que cuento lo que falta para meterme en la cama desde que suena el despertador. Parece una broma pesada, un macabro juego de títeres en el que con unas cuerdas mueven el decorado que me rodea y lo hacen temblar. No pinta nada bien el horizonte y sólo pido un algo de calma que me ate a la cordura. No entiendo nada, me pierdo en el vaivén de las ideas, lo positivo, lo negativo, lo que vuela, lo que era y ya no és, lo que prometía y se deshace, lo injusto y lo vacío. No sabía que era tan caro el precio a pagar por luchar por tus sueños en un mundo que te tiene tomada la medida. Quizá he pecado de ilusionista, de mago que juega con la realidad y la amolda a sus deseos, para que con el tiempo todo acabe derritiéndose al calor de un escondido sol de febrero.
Sé que me acabaré levantando y que la vida tiene que darme muchas más oportunidades. Allá donde tenga que llegar iré con la lección aprendida y un poquito más desengañado con mis sueños y con mis anhelos de una realidad que imaginaba tan perfecta, que me corroe comprobar que no llega a ser ni siquiera una sombra de la misma.
Desaparecer, hoy sólo necesito eso.
Mucho ánimo.
ResponderEliminarCuando te sientes así, poco podemos decir los demás para ayudarte. Pero yo tengo claro que casi todo en esta vida tiene solución, por muy leja e improbable que te parezca ahora ;-)
¡Un beso!