miércoles, 24 de febrero de 2010

Miércoles.

Sí, yo tambien la echo de menos. Parece que ninguno de los dos hemos tenido suerte, o se nos ha escapado sin hacerle demasiado caso. Puede que ahora sea más feliz sinceramente, prefiero no saberlo. No creo que se pueda querer tanto a alguien como yo la quise, no creo que ella se enamore igual de nadie más, era diferente y ella lo supo, hasta el último día. La melancolía es un licor bien caro, ya lo dijo Amaral, y parece que ahora me ha emborrachado. No creí que me dolería tanto verla tan lejos como la veo ahora, ahora que ya no se acuerda, ahora que alguien ha difuminado mi recuerdo en su mente y lo ha disfrazado de nuevas ilusiones. Ya ves, vuelvo a perder. Yo, el que siempre empezaba las partidas ganando, el que tiraba de los hilos y creía dibujar a mano alzada lo que necesitaba, ahora vendo mis dibujos sin que ya valgan nada.

El miércoles por lo general ha ido bien, no mejor que ayer, pero sí en esa línea ascendente que al menos, no me tira para atrás cuando me despierto por las mañanas. Ojalá todo vaya mejor mañana, mejor todavía.

Al final me va a gustar y todo eso de ponerle letras y conciencia a los días de esta semana.

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