sábado, 26 de marzo de 2011

...y yo seré la sombra de un sueño, la luz será la luz de un candil.


Porque a veces no me queda más remedio que rendirme ante tu evidencia, no te voy a engañar. Admiro cada rincón de tu piel, cada gota de esa fulgurante energía que colapsa mis neuronas. Admiro esa facilidad innata para hacerme perder el miedo. Ese río de emociones que me envuelve y aleja de todo aquello en lo que no creo. Esa habilidad que subyace en ti capaz de hacerme sentir que el resto del mundo está de más cuando me miras, y es que, si pudiera, créeme, cambiaría del calendario el día en que apareciste, para que a partir de ahora solo lleve tu nombre. Porque la vida únicamente tiene una sonrisa perfecta a través de tus pupilas.


...y de un almendro te haré una flauta para que la sople el viento
y una cachaba para apalear al tiempo que siempre se nos quiso escapar,
y de una encina te haré carbón si se te cae la noche encima
y que su manto sea un paño de cocina para desempañarte el cristal,

y tallo corazones a navaja en el torso desnudo de un naranjo,
que quiero ver bajar de tu mirada, con las armas cargadas,
bandoleros a caballo,
y con sus crines hacerte una cama para que siempre duermas a mi lado,
y darnos al vaivén de la mañana,
que nos dará más vueltas que una piedra en un barranco,
que una piedra en un barranco...

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