miércoles, 19 de octubre de 2011

Nadie le ha explicado que no tiene explicación.

Deja que me embriague de tus rincones. Átame a tus rutinas sin censura. Despiértame cuando sea demasiado tarde para escapar y no queden caminos de huída. Enciérrame en tus calles anónimas, abandóname allá donde no sea nada ni nadie. Quiéreme como si mañana el tiempo no existiera y acaba con cada palmo de mi pasado en libertad. Tengo miedo a volver y no ser yo mismo, desde que vine todo ha cambiado. Hemos firmado un contrato secreto por el cual soy esclavo de tu tiempo y reloj, de tus esquinas y sueños, de tus lágrimas y gritos. Hoy siento que mis recuerdos se han diluido con la lluvia, hoy me siento vivo como el viento.

Hoy por una obra maestra de uno de mis genios favoritos, el gran Ferreiro.

Mi coco - Iván Ferreiro (Piratas)

Como una ventana que al cerrar
no ilumina el punto que ha dejado entre tinieblas
una sombra entre las piedras.
así se ha quedado sin razón
nadie le ha explicado que no existe explicación
y tiene tantas dudas.
Y cómo le podría yo explicar
que la pena dura tanto
como quieras tú seguir llorando,
y aunque tú revises tu interior
siempre queda algo que
te dice que esto es para largo.
Aunque no lo tengas claro
y quieras escapar.
Mi coco me dice que hoy
mi vida entera pasará ante mis ojos,
y pediré perdón.
Con la razón estudiaría
un libro abierto es hoy mi corazón,
Mi alma entera te daría
si yo tuviera garantías
de que soy yo
a quien tú esperas.
Como una mentira se perdió,
no esperó a que se callaran
los rumores que decía que él
no iba a volver.
No se olvidó
ni tampoco repitió,
sus errores se perdieron
como el amor.
Y aunque nunca tuvo claro
si había sido bueno o malo,
cómo iba a recuperar.
El tiempo que se va
nunca volverá
ni aunque tú te empeñes.
Aunque no lo tengas claro
y quieras escapar.


domingo, 16 de octubre de 2011

Prefiero saltar de una vez sin mirar.

Y otra vez ha sucedido, se pierde tu olor entre calles vacías de gente. Cierro los ojos y me dejo llevar, aún es pronto para salir corriendo.

Esperarte sentado es demasiado castigo para un inocente. Tal vez la nota que dejaste al salir siga siendo la única huella de tu huída en mi piel, la última cadena que me separa de la libertad. Nunca es suficiente pero no quiero treguas. Tu piel, tu mirada siempre será la mía. Sabes que el destino no entiende de casualidades, no es coincidencia que siempre llueva donde pisas.

Hoy tu futuro viste de oscuro, y mi presente se desnuda creyendo que todavía volverás. O tú o yo. O tú o nadie.



¿Qué ha sido de ti?
de aquella canción de las horas muertas en tu habitación
¿Quién dijo que no perdería el control
cuando iba camino de la destrucción?
Hoy vuelve a soplar ese viento del mar
que nubla la mente y la vista.
Prefiero saltar de una vez sin mirar
y quiero que tu me sigas, y quiero que tu me sigas.

lunes, 3 de octubre de 2011

Yo me bajo en Atocha, yo me quedo en Madrid.


Y es entonces, y sólo entonces cuando ya siento que estoy en Madrid. Sales del metro y se abre ante ti un tumulto de gente que te absorbe como una sombra anónima. Eres una pequeña pieza en el entramado de intereses, ilusiones, preocupaciones y sueños que barren a diario la puerta del Sol. Me emociona el simple hecho de sentirme anónimo, insignificante, uno más. Me encanta ese sabor que tiene Madrid.

Perderme después por el Retiro donde el tiempo se para y la luz ilumina cada hoja caída de los árboles. Se amontonan los payasos, acróbatas, cuentacuentos e incluso gigantes y enanos que buscan su minuto de protagonismo a cambio de unas monedas. Miradas penetrantes de niños que ven volar su imaginación mientras el reloj deja de lado las preocupaciones ajeno a que mañana empieza de nuevo la rutina. Es casi mágico.

Ya me siento madrileño. Mañana empieza mi nuevo día a día y me ilusiona. ¿Quién dijo miedo?