lunes, 3 de octubre de 2011

Yo me bajo en Atocha, yo me quedo en Madrid.


Y es entonces, y sólo entonces cuando ya siento que estoy en Madrid. Sales del metro y se abre ante ti un tumulto de gente que te absorbe como una sombra anónima. Eres una pequeña pieza en el entramado de intereses, ilusiones, preocupaciones y sueños que barren a diario la puerta del Sol. Me emociona el simple hecho de sentirme anónimo, insignificante, uno más. Me encanta ese sabor que tiene Madrid.

Perderme después por el Retiro donde el tiempo se para y la luz ilumina cada hoja caída de los árboles. Se amontonan los payasos, acróbatas, cuentacuentos e incluso gigantes y enanos que buscan su minuto de protagonismo a cambio de unas monedas. Miradas penetrantes de niños que ven volar su imaginación mientras el reloj deja de lado las preocupaciones ajeno a que mañana empieza de nuevo la rutina. Es casi mágico.

Ya me siento madrileño. Mañana empieza mi nuevo día a día y me ilusiona. ¿Quién dijo miedo?

3 comentarios:

  1. No he estado en Madrid, todavía. Suerte en tu nuevo día a día :)

    ResponderEliminar
  2. No podría vivir en otro sitio que no fuera Madrid, con sus prisas, gente por todos los lados, las carreras por que pierdo el bus, el tren,el metro, viendo miles de caras distintas todas las semanas...Madrid me tiene rendida a sus pies, y espero que a ti también :)

    ResponderEliminar
  3. Yo también alucino con Madrid, y sobre todo con el retiro jaja

    ResponderEliminar