sábado, 24 de septiembre de 2011

No es un paso atrás, es un paso más.


Trazo mi vida como una constante superación personal en la que pretendo acabar siendo mejor persona. Busco en cada mirada, cada palabra, cada experiencia, cada conversación y cada compañía todo aquello que me pueda completar por dentro, todo eso que me haga sentir vivo. Es algo más sencillo de lo que parece, el único objetivo es dormirme pensando que cada paso que dé en la vida haya valido la pena.

Los recuerdos se amontonan como en un castillo de arena. Cada grano es necesario para entender el sentido del resto. Con el tiempo te das cuenta que para vibrar con un recuerdo no hace falta que sea perfecto, ni tan siquiera contar con todo lo que buscabas en aquel entonces; para que un momento pase a la historia basta que esté cargado de ilusión. Una vida empieza a morir cuando perdemos las ganas de vivirla, y es entonces cuando abres los ojos y gritas al mundo que estás vivo, que quieres seguir temblando cada vez que se acerca un momento importante y llorando en cada despedida. Y es que para poder despertarte, hacía falta haber soñado antes.

Hoy no es un día más, éste es uno de esos momentos en los que mis mejores recuerdos se aglomeran en forma de lágrimas y me amenazan con no dejarme dormir. Realmente no sé si el tiempo, o tal vez las caídas, pero me han hecho darme cuenta que cada vivencia importante carece de sentido si no tienes quien la viva contigo. Cada sueño o cada desilusión no es más que una anécdota si no hay alguien que la cargue de significado. Y hoy, una vez más me vuelvo a estrellar con la realidad y me doy cuenta de que soy una persona infinitamente afortunada, porque me he rodeado de las mejores sonrisas de esta ciudad. No soy nadie sin vosotros, y espero nunca serlo.

La distancia no es más que una página en el diario de nuestras vidas, no importan los kilómetros, porque un corazón sigue latiendo allí donde las piernas le lleven. No es una despedida, es un paso más. Quedan millones de sueños por compartir y madrugadas por desvelar. Gracias por haber hecho cada rato eterno, y cada conversación una lección de vida. Os quiero, allí donde esté.

Y me siento como un niño
Imaginándome contigo
Como si hubiéramos ganado
Por habernos conocido.


P.D. Gracias por dibujarle una sonrisa canalla a cada hostia de la vida. Juntos hemos crecido, hemos saltado y nos hemos caido. Y juntos seguiremos pasando páginas, lo prometo.

1 comentario:

  1. hola! maravillosa entrada, me gusta como relatas (: y la actitud es esa! ME GUSTA COMO PIENSAS. desde ya te sigo (: besos desde: No es un paso atrás, es un paso más.

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