Píntame a mano alzada, piérdeme entre calles que no existan. Miénteme con tu mirada y desnuda mis atardeceres. Hazme temblar en tus pupilas, enséñame en ellas el mundo que nadie imagina. Deja que amanezca de nuestra mano, recorta el horizonte y guárdalo con llave. Despiértame a media noche con tus latidos, ahógame con tus lágrimas. Brinda conmigo cuando todos duerman: por ti, por mí, y porque este mundo nos pertenece.

No hay comentarios:
Publicar un comentario