miércoles, 19 de marzo de 2014

Ingravidez

Ella era un piropo fácil que no sabía perder, una princesa de papá acostumbrada a no pensar. Él, un principio de ingravidez, la mancha en el currículum de la vida, un trago largo de sabor amargo. Se cruzaron sin trampas ni permiso.

-Dame dos noches y te convenceré de que el tiempo no es más que un estado de ánimo. - le dijo.
-Seguro que eres igual con todas.

Las sombras de la persiana en su espalda firmaron la despedida. El problema de los barrotes es que no entienden de libertad.

#Microrrelato1

1 comentario:

  1. Muy fan de este microrrelato, entre otros muchos de #contandoseptiembres.
    ¡Sigue publicando!

    PD: Esperando el próximo ;)

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