domingo, 18 de octubre de 2009

Punto de inflexión


Se terminó. El cuerpo dijo "basta, no aguanto más". Y la mente le da la razón. Se terminó marearse, pensar demasiado, salir y no descansar, la excesiva fiesta, dormir poco, es decir, dedicarle más tiempo a sentir que a vivir. Es necesario un equilibrio, hace falta que la balanza no se rompa.
Una semana de gastroenteritis, constipado, fiebres y una migraña final tienen la culpa. No hay más, toca vivir la vida con una marcha menos.

Ahora te entiendo Germán. Y ahora entiendo a Lewis Carroll. Cómo es posible que exista Alicia, y de dónde viene su país de maravillas. El Conejo Blanco, el Sombrerero o el Gato de Cheshire sólo son alusiones a una sociedad injusta, desde la metáfora retorcida y delirante que te transmite la migraña. Desde la amargura de no poder casi ni pensar porque sientes que el universo entero estalla. Maldita sensación que espero no volver a sentir...

A todo esto se le puede añadir una falta de tiempo, de ganas...y sobre todo de motivación que son la mezcla perfecta que sirve de excusa para explicar las pocas ganas de actualizar. Cuesta cada vez un poquito más, y sentir que faltan motivos, o nombres por los que soñar o que te motiven a escribir, me produce hastío y aburrimiento. La realidad, conocer en profundidad y el paso de los días han ido cargándose uno a uno esos nombres propios que me hacían soñar y cada vez siento que es más difícil encontrar a quien de verdad me llene. Cada vez siento más paralela e igual a cada persona y más lejos a quien espero o creo esperar.

Y con todo esto, un bizcocho y una sonrisa, a seguir viviendo una semana más :)
Porque reir, siempre es lo último que queda...

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