domingo, 7 de febrero de 2010

Domingo rosa


Hoy el día ha sido diferente. Sinceramente tenía miedo de volver a encontrarme con tu mirada, hacía quizá demasiado tiempo desde la última vez y los meses pesaban casi tanto que me quemaba la idea de verte y no saber como reaccionar. Ahora ya he vuelto y ha terminado el domingo, y todo lo que llevaba consigo. Cinco meses se convierten en una eternidad y me he chocado de cara contra una realidad que tenía casi olvidada. Tú.

Reconozco que no he sido consciente de lo que te echaba de menos hasta que te he tenido delante, hasta que contigo las horas pasan como minutos y el tiempo parece que se detenga. Cuando no existe un nada más allá y es imposible pensar en otra cosa. Puede que cinco meses hayan hecho que lo que era especial en verano hoy fuera casi mágico y no existieran ni miedos, ni dudas, ni nada que pensar. Creo que no tengo casi con nadie tanta complicidad como contigo y casi lo había olvidado. Hoy eras más tú que cualquiera, y he vuelto a perderme en tu mirada. Donde no sé nadar solo, donde ninguna es demasiada distancia, y donde los sueños no quedan tan lejos.

No sé si eres tú o soy yo, o ese algo que existe desde que nos conocimos. No sé si contigo puedo ser más yo mismo que con nadie, y conocerte me hace cada vez más daño, porque parece casi imposible borrarte aunque pase el tiempo. Eres demasiado tú, tienes demasiado de eso que necesito. No sé, supongo que hoy he vuelto un poco más perdido de lo que me fuí. Perdido en tus ojos y en millones de ideas que vuelan hacia alguna parte. Espero que algún día estés tú al final de ese camino.

No hay comentarios:

Publicar un comentario