lunes, 7 de enero de 2013

Y que me lleve lejos cuando suba la marea.

Hacer la maleta para desaparecer. Meter en ella todo aquello intrascendente, cada pieza de un puzle que no te pueda insinuar nada más que un presente vacío que hace falta llenar. Prescindir de todas esas puntadas sin hilo que han ido cosiendo un ahora vacío de sabor y dejarlo atrás.

Sacar un billete hacia ninguna parte. Quiero descubrir calles que vendan mentiras a precios de saldo. Miradas que tapen heridas aunque no las curen. A poder ser un lugar que no haya visitado aún. O si lo he hecho, es imprescindible que sea inherente a mis principios. Un lugar que me conozca mejor a mí que yo a él y tenga muchos rincones que enseñarme. Hoy quiero perderme lejos y no encuentro la salida.

Necesito irme a dormir allí donde la nada sea mi todo. Un hoy sin deudas de la conciencia, un mañana desnudo de quizás.

Hay veces en que nos encontramos a nosotros mismos en un olor, una canción, una palabra. Es importante no olvidarte de quien eres por debajo de la ropa.



Por encima del mar de los deseos,
han venido a buscarme los recuerdos
de los días salvajes, apurando
el futuro en la palma de nuestras manos.

1 comentario:

  1. Esa sensación de libertad, de no tener ataduras que te retengan en la rutina...

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